Colombia está consternada e indignada por la muerte de Kerly Cuevas, una niña de 8 años venezolana, que fue raptada y luego asesinada en Girón, Bucaramanga, Santander el pasado 1 de mayo.
Trascendió que la pequeña migró junto a su madre desde Santa Isabel, municipio Andrés Bello, del estado Trujillo y según la progenitora fue para buscar una mejor vida.
“Ella es una niña, es un angelito, y la verdad… era mi única hija y yo me vine de Venezuela para ser una mejor meta”, dijo Kely Materán, la madre de la menor, en diálogo con Noticias Caracol.
Según informó Noticias Caracol, la menor se encontraba bajo el cuidado de una vecina mientras su madre laboraba y estaba jugando con varios amigos del barrio cuando desapareció.
Una cámara de seguridad registró el momento en el que Kerly fue vista caminando con un hombre adulto. Esta fue la clave para que las autoridades iniciaran su búsqueda.
Las búsquedas se concentraron en la ribera del río de Oro, a donde se habría dirigido el hombre con la niña. El Ejército encontró el cuerpo sin vida de la pequeña en una zona boscosa del sector Girón, sobre las 8:00 p.m. detrás de la estación de Metrolínea en el municipio, donde generalmente se reúnen consumidores de droga en la parte alta de una montaña.
Aún no se conocen las causas de la muerte de Kerly Cuevas. Según Noticias Caracol, los investigadores encontraron rastros de violencia en la cabeza de la pequeña y no se ha precisado su fue víctima de abuso sexual.
El principal sospechoso de este caso sería un hombre que vivía en la misma casa de la pequeña. Incluso, la madre de la víctima reveló que le pidió ayuda al hombre para buscarla, pero él no dijo nada.
Capturado el sospechoso de la muerte de la niña venezolana
El sospechoso fue capturado y llevado a Medicina Legal mientras se espera la audiencia de garantías. Hasta el momento, no ha confesado que haya cometido el crimen, ni contó lo que pasó con la niña.
“La última que la vimos fue a las 11 de la mañana. El hombre la tomó de la mano y se la llevó con rumbo desconocido”, dijo a Vanguardia un testigo. Esto fue corroborado con imágenes de una cámara de seguridad en las que se ve al sujeto, identificado como Alirio Gualdrón, de 59 años y que sería el propietario de la casa donde viva la familia de la niña, caminar a zona boscosa junto con la menor.
Kelly Materan, madre de la niña, confió el cuidado de su hija a una vecina, pareja de Gualdrón, debido a su conexión previa en el vecino país:
“Ella es amiga mía desde Venezuela. Vivíamos en el mismo barrio. Ella migró primero que yo, y fue la persona que me animó a venir a este país. Por eso, yo conocí a ese señor que me arrendó la pieza de la casa en el Rincón de Girón”, narró la mujer públicamente.
Asimismo, de Alirio Gualdrón, se conoce que es oriundo de Aratoca, Santander, y como mencionó Matarán, convivían en la misma casa. Al parecer, el presunto asesino había arrendado la vivienda y subarrendado las habitaciones a la madre y su hija desde hace un año y medio, aproximadamente.
Al saber sobre el crimen vecinos protestaron y trancaron las vías exigiendo justicia a las autoridades. Se declaró el día de luto en Girón y se suspendieron las clases. La comunidad de Girón expresó su profundo dolor y consternación por el crimen, organizando vigilias y una velatón en memoria de la joven víctima. Piden que las autoridades realicen las investigaciones correspondientes para castigar al responsable de este crimen.
En redes sociales se conoció la historia de Kerly Cuevas. Los usuarios se indignaron y también exigen justicia por la pequeña.
