La influencia de la «candidata-no candidata», María Corina Machado, en las elecciones del #28Jul

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En un panorama electoral lleno de incertidumbre, María Corina Machado se erige como una figura clave en Venezuela, aunque no sea oficialmente candidata. La coordinadora de Vente Venezuela ha logrado movilizar una considerable energía electoral, transformando la campaña presidencial en una elección sentimental.

A pesar de haber sido inhabilitada por el Gobierno de Nicolás Maduro, Machado arrasó en las primarias y ha superado el 60 % de intención de voto como precandidata. Su capacidad de atraer apoyo es notable, incluso sin acceso a los medios tradicionales y bajo constante acoso gubernamental, publicó la periodista venezolana Luz Mely Reyes para el portal El País.

Cada visita que realiza a distintos puntos del país es seguida de cerca en las redes sociales, capturando la atención y marcando la agenda del chavismo. Las imágenes de sus recorridos la presentan como una figura icónica, desde la libertad guiando al pueblo hasta representaciones de La piedad. Machado, a menudo, aparece en escenas caribeñas, subiendo a improvisadas tarimas o sobre vehículos y motocicletas, demostrando agilidad y cercanía con la gente.

Según la historiadora Margarita López Maya, Machado ha evolucionado hasta convertirse en una líder carismática comparable a los expresidentes Carlos Andrés Pérez y Hugo Chávez. Frente a diversos desafíos, como la decisión de continuar en el camino electoral y seleccionar a sus sustitutos tras las inhabilitaciones, ha mostrado una notable capacidad de adaptación. Esta transformación ha sido tanto política como personal, enfocándose en la empatía y la reunificación familiar, lo que ha fortalecido su liderazgo.

Aunque el candidato oficial de la oposición es Edmundo González Urrutia, es Machado quien posee el capital político necesario para ganar las elecciones. Su capacidad de endosar apoyo, similar a la que tuvo Chávez, es un fenómeno significativo. Incluso el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, ha ajustado su estrategia de movilización para seguir de cerca a Machado.

Según El País, para la comunicóloga María Fernanda Madriz, el protagonismo de Machado refleja un terreno político-social propicio para un cambio profundo en el país. La conexión entre Machado y el pueblo venezolano puede indicar una transformación compleja, en la que el liderazgo y el ánimo colectivo se sincronizan para enfrentar la crisis actual.

Sin embargo, este fenómeno carismático también plantea riesgos. La falta de institucionalidad de contrapesos en Venezuela podría perpetuar el autoritarismo bajo una nueva forma. Los nuevos retos para Machado incluyen la articulación entre sus partidarios y aliados, la gestión de liderazgos cuestionados y su seguridad personal. A pesar de estas tensiones, los venezolanos se encaminan hacia unas elecciones atípicas, lideradas por una mujer que, aunque le negaron el derecho a ser candidata, ha despertado la esperanza de un cambio.