El dirigente chavista Diosdado Cabello reapareció enfundado en uniforme militar para encabezar la llamada operación “Independencia 200”, una nueva maniobra del régimen que busca mostrar fuerza ante la comunidad internacional y acentuar la militarización dentro del país.
Desde La Guaira, Cabello lanzó un discurso cargado de amenazas hacia Estados Unidos, acusando al gobierno norteamericano de “pretender apoderarse de los recursos de Venezuela”. El mensaje fue respaldado por Nicolás Maduro, quien ordenó el despliegue de 27 acciones militares simultáneas en aeropuertos, puertos y zonas estratégicas, bajo la excusa de “defender la soberanía”.
La oposición y analistas independientes interpretan este movimiento como una demostración de poder interno y una estrategia de distracción frente al aislamiento político y la crisis social que atraviesa el país. “El régimen busca proyectar fortaleza mientras reprime y controla cada vez más al ciudadano”, señalan fuentes políticas consultadas.
El acto de Cabello ocurre justo después de que Estados Unidos suspendiera el diálogo con Maduro, lo que muchos consideran un intento de propaganda militar para reafirmar el control del chavismo y mantener cohesionadas a las Fuerzas Armadas.
Mientras el régimen habla de defensa nacional, los venezolanos enfrentan escasez, represión y censura, en un país donde el uniforme militar se ha convertido en símbolo del miedo y no de la protección ciudadana.
