El papa Francisco emprendió este jueves su visita a Mongolia, la primera de un pontífice a este país, que situado en el corazón de Asia es un estratégico punto geopolítico por su cercanía y relaciones con Rusia y China, aunque el viaje será para llevar esperanza a una Iglesia joven.
El avión en el que vuela Francisco, la delegación vaticana y unos 70 representantes de los medios, despegó a las 18.40 hora local (14.30 GMT) y atravesará Georgia, Azerbaiyán y China, entre otros países, para llegar a Ulán Bator el 1 de agosto tras más de nueve horas de vuelo.
El Papa, de 86 años, y que hace tres meses fue operado de una hernia abdominal, dedicará el 1 de septiembre a descansar del viaje y recuperar el desfase horario, por lo que la agenda oficial comenzará sólo al día siguiente.
Este 43 viaje internacional y uno de los más alejados de Roma tiene el objetivo de visitar una Iglesia católica que prácticamente nació con la caída del comunismo en 1992 y que cuenta con unos 1.400 bautizados, que representan el 0,04 % de la población, donde el 53 % son budistas.
La agenda papal
A su llegada en el aeropuerto internacional Chinggis Khaan será recibido por la ministra de Asuntos Exteriores, Battsetseg Batmunkh, y por una joven que le ofrecerá yogur seco, una usanza típica del país.
El 2 de septiembre estará dedicado a citas institucionales: por la mañana con las autoridades civiles, entre ellos el presidente y el primer ministro y por la tarde con obispos, sacerdotes, misioneros consagrados, cerca de unos 80 en todo el país, donde hay tan solo 9 parroquias, 4 de ellas en la capital donde se concentra el 40 por ciento de la población de este Estado, uno de los más despoblados del mundo.
Francisco se reunirá con el clero en la catedral de San Pedro y Pablo, construida en el siglo XX con una estructura que recuerda a las yurtas, las típicas tiendas circulares de Asía central construidas así para refugiarse del frio y los fuertes vientos de las estepas, y donde se encuentra una estatua de la Virgen encontrada por una mujer entre la basura años atrás, luego entronizada y venerada como Madre del Cielo.
El Papa también celebrará una misa en la tarde del 3 de septiembre en el Steppe Arena para los 1.500 fieles residentes en Mongolia, el 90 % vive en la capital, pero también se unirán otros mil fieles procedentes de diversos países vecinos como Rusia, China, Tailandia, Kazajstán, Kirguizistán, Azerbaiyán y Vietnam.
El domingo presidirá un acto ecuménico e interreligioso en el Hun Theatre en el que participarán representantes del chamanismo, el sintoísmo, el budismo, el islam, el judaísmo, el hinduismo y otras confesiones.
El 4 de septiembre, último día del viaje, Francisco inaugurará la Casa de la Caridad, un lugar para dar cobijo y ayuda a los más necesitados en el país, donde un 36% de la población que vive por debajo del umbral de la pobreza.