El Alto Representante de la Unión Europea Para Política Exterior, Josep Borrell, se ha mostrado este domingo «horrorizado» por la reciente escalada de violencia en Ardamta, en la región sudanesa de Darfur Occidental, donde los ataques de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han dejado más de 1.000 muertos de la comunidad malasit en tan solo dos días.
«La Unión Europea está consternada y condena la reciente y dramática escalada de violencia en Darfur (…) Estas últimas atrocidades parecen formar parte de una campaña más amplia de limpieza étnica llevada a cabo por las RSF con el objetivo de erradicar a la comunidad masalit no árabe de Darfur Occidental, y se suman a la primera oleada de violencia de gran magnitud ocurrida en junio», ha comunicado el portavoz de Borrell, Peter Stano.
En ese sentido, ha recordado tanto a las RSF como al Ejército de Sudán –que desde el inicio del conflicto se han acusado mutuamente de crímenes contra la población civil– que tienen el deber de proteger a las personas en base al Derecho Internacional, y que Bruselas se encuentra vigilando y documentando las violaciones de Derechos Humanos para garantizar la rendición de cuentas y acabar con la impunidad en el país.
«La comunidad internacional no puede hacer la vista gorda ante lo que está ocurriendo en Darfur y permitir que se produzca otro genocidio en esta región», ha añadido el portavoz, en referencia al exterminio de más de 300.000 personas en este mismo territorio desde 2003.
Sudán vive inmerso en un conflicto desde mediados de abril, cuando estallaron los combates entre las Fuerzas Armadas y los paramilitares. Esta nueva escalada de violencia ha dejado más de 4,8 millones de desplazados internos y ha empujado a 1,2 millones de personas a cruzar hacia países vecinos.