Estrellas del espectáculo que se fueron en 2023 y la valiosa obra que nos dejan

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El Estímulo.- Si uno revisa la lista de las figuras del espectáculo y la cultura que han fallecido este año 2023 a punto de finalizar, no deja de sorprenderse ante la nutrida presencia de personalidades que en sus respectivas áreas de acción -sea en la música, el cine, el teatro, la actuación y otras expresiones del arte- fueron exponentes de gran envergadura, poseedores de una sólida y consistente obra, de esas que dejan huella que los convirtieron en señeros puntos de referencia por sus cualidades únicas y extraordinarias.

La lista por sí misma es una suerte de compendio de “lo mejor entre lo mejor”, al incluir nombres de indiscutible valía. Y para muestra vale mencionar a Tina Turner, Tony Bennett y Burt Bacharach en el ámbito musical, así como a emblemas de la industria cinematográfica como el director español Carlos Saura, la icónica diva italiana Gina Lollobrigida y la mítica Raquel Welch, la estadounidense de ascendentes bolivianos cuya voluptuosa belleza latina desplazó al prototipo de rubia sexy hasta entonces imperante en Hollywood.

En este resumen tampoco faltan, por supuesto, muchos venezolanos que construyeron en vida, por múltiples razones, un valedero camino a seguir y que por ello merecen ser recordados.

Un huracán llamado Tina Turner

Una de las cantantes femeninas más populares de todos los tiempos es indudablemente Tina Turner. La revista Rolling Stone la clasificó también entre los 100 mejores cantantes. Falleció el 24 de mayo, a los 83 años, en Suiza, país donde residía. Cantante de rock y soul de potente voz y energética presencia en el escenario, saltó a la fama como parte del dúo Ike & Tina Turner en la década de 1960 y luego siguió una exitosa carrera en solitario. Vendió más de 200 millones de discos y recibió numerosos premios, incluyendo varios Grammy. Fue incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll con Ike Turner en 1991.

Tina Turner, la diosa del Rock.

El sábado 1 de septiembre de 1979 se presentó en el Poliedro de Caracas. Hacía poco tiempo se había separado de Ike Turner, con el cual formó un emblemático dueto que durante la década de los 60 y principios de los 70 se alzó entre lo más popular del pop-rock en los Estados Unidos. Denuncia de acoso y maltrato de por medio por parte de Ike, luego de una golpiza que él le propinara en un hotel durante una gira, decidió escaparse para no volverlo a ver ni sufrir más.

Tina entonces decide dedicarse a la música en solitario. Cuando vino a Caracas ya era una artista excepcional, consagrada y reconocida, aunque aún no le había llegado el detonante de su estelaridad mundial, que fue el álbum “Private Dancer”, editado en mayo de 1984 por Capitol Records.

Este lanzamiento implicó un cambio de imagen, tanto en su aleonado corte de pelo, como en sus muy sugerentes, diminutos y sexys atuendos, que le permitían ostentar a la sensual artista, dejando muy poco a la imaginación, otro de sus atributos por excelencia: las piernas, tan espectaculares que desde entonces sus conciertos y giras tuvieron entre sus principales patrocinantes a Hane, la conocida marca estadounidense de medias de nylon.

La artista llegó a Venezuela contratada por el legendario empresario Enzo Morera, en sociedad con la Organización Parade, empresa promotora de shows musicales, propiedad del fallecido empresario radial Oswaldo Yepes. En Caracas, la intérprete de “Proud Mary”, “River Deep, Montain High” y “The Best” hizo dos conciertos: en el Poliedro y en el Gran Salón del Hotel Caracas Hilton. Ambos se celebraron con las entradas agotadas.

Tony Bennett, una meritoria carrera

El 21 de julio llegó la noticia del fallecimiento de Tony Bennett, a los 96 años, en la ciudad de Nueva York, donde vivió siempre. Anthony Dominick Benedetto, que así era el nombre de pila de este descendiente de italianos, fue uno de los últimos grandes crooners estadounidenses y rivalizó por méritos propios nada menos que con Frank Sinatra, quien lo consideraba un gran artista.

Tony Bennett era la sencillez personificada. Fui testigo de ello, pues durante los tres años que viví en Nueva York habitamos el mismo edificio, el Trump Parc de Central Park South. Afable, educado y siempre sonriente, saludaba sin pretensión alguna a sus vecinos, con quienes, en el ascensor o en el amplísimo lobby del edificio, siempre tenía un comentario o un gesto cortés que lo hacían un hombre cercano, sin los divismos que uno pueda imaginar en un artista de su categoría.

Tony Bennett

Tuve la oportunidad de verlo dos veces en concierto, una de ellas en el Carnegie Hall, escenario en donde se presentaba todos los años, desde que en 1962 protagonizó allí un sonado recital y grabó en directo un disco histórico, en el cual aparecía su canción más famosa, “I Left My Heart in San Francisco”, ganadora de dos premios Grammy y considerada por la revista Rolling Stones una de las cien mejores de la historia.

El otro espectáculo suyo al que asistí se celebró en el Radio City Music Hall, en una soberbia producción donde se rodeó de una notable orquesta sinfónica y la participación de las Rockettes, la reconocida compañía de baile de precisión de ese teatro, con 35 bailarinas que ejecutan de manera perfectamente simétrica las más elaboradas coreografías.

De aquella época es también el celebrado show unplugged (acústico) para MTV, con colaboraciones De Elvis Costello y K.D. Lang, cuyo álbum resultante llegó a ser disco de platino por ventas, además de obtener el Grammy como Álbum del año en su rubro.

Y cómo olvidar el disco siguiente, “Here’s to the Ladies”, con canciones hechas famosas por cantantes femeninas, que le valió de nuevo el Grammy, esta vez a la mejor interpretación vocal pop tradicional, además de alcanzar el puesto número 1 en la lista de álbumes de jazz tradicional de Billboard.

Estaba Tony Bennett en aquellos años en la cresta de la ola.Y eso que todavía estaban por llegar, más de dos décadas después, los dos discos de jazz que hizo con Lady Gaga y un tercer álbum de duetos, esta vez en español, con colaboraciones de Gloria Estefan, Vicente Fernández, Christina Aguilera, Marc Anthony, Juan Luis Guerra, Dani Martin, Romero Santos, Chayanne y el venezolano Franco de Vita, entre otros.

Vale mencionar que el video con Franco de Vita, con quien cantó el clásico “The Good Life”, es el más divertido de esa serie en español. Ambos intérpretes muestran una corriente natural de mutuo afecto, que se percibe por su espontaneidad y buen hacer.

Burt Bacharach o la elegante esencia del pop

Tras su muerte, el 9 de febrero, a los 94 años, el compositor norteamericanoBurt Bacharachdejó un valioso legado en la música.

De estilo elegante y melódico, es autor de reconocidos éxitos para la pantalla grande, aunque con una incidencia dominante en el pop de las décadas de los sesenta y setenta. Su musa como intérprete fue Dionne Warkick, a quien lanzó a la fama en 1962 con la canción “Don’t Make Me Over”. Ella luego dio a conocer buena parte de sus temas. Se le considera uno de los más populares compositores del siglo veinte, con un sonido personal, inconfundible y diferenciado de las canciones que se componían en su época.

Se hizo acreedor de los galardones más importantes de la industria del entretenimiento en Estados Unidos, entre ellos seis Grammys, dos Globos de Oro, un Bafta, un Emmy y tres premios Oscar. Junto a su inseparable compañero letrista, Hal David, compuso al piano bandas sonoras de películas y temas para grandes artistas de todo el mundo, entre ellos los Beatles, Barbra Streisand, Aretha Franklin y Tom Jones.

Entre sus temás más conocidos figuran: “I Say a Little Prayer” (Dionne Warwick y Aretha Franklin),“Raindrops Keep Falling on my Head” (B.J. Thomas), “The Look of Love” (Duty Springfield), “Walk On By” (Dionne Warwick), “Close to you” (The Carpenters), “Anyone Who Had a Heart” (Cilla Black), “”Baby It’s You (The Shirelles y The Beatles), “On my Own” (Patti Labelle y Michael McDonald), “What’s New, Pussycat? ” (Tom Jones) y “I’ll Never Fall in Love Again” (Dionne Warwick).

Burt Bacharach

No fue un compositor muy prolífico en el cine. Tiene en su haber trece bandas sonoras, pero todas de gran éxito, reconocimiento y popularidad, como “What’s New, Pussycat? (1965), un éxito en el Top 5 para Tom Jones;“After The Fox”y la canción de“Alfie”, un suceso para Cilla Black, ambas de 1966;“Casino Royale”(1967), que introdujo la canción “The Look of Love”, nominada al Oscar e interpretada por Dusty Springfield;“Butch Cassidy” (1969), que generó el hit “Raindrops Keep Falling on My Head” y le valió a Bacharach dos Oscars (mejor partitura y mejor canción temática), así como un Grammy a la mejor Música; y“Arthur”(1981) que lo devolvió a los primeros puestos de las listas de éxitos con “Arthur’s Theme (The Best That You Can Do)” y obtuvo su tercer Oscar.

Carlos Saura, multipremiado realizador

Uno de los directores españoles más internacionales, premiados y con mayor prestigio fue, sin lugar a dudas, Carlos Saura. Nacido en Huesca el 4 de enero de 1932, murió el 10 de febrero en Madrid, poco después de cumplir 91 años. También destacó como fotógrafo y escritor, aunque sería el cine su más descollante medio de expresión artística.

Realizó su primer largometraje, “Los golfos”, en 1959. En 1963 dirige su segunda película, “Llanto por un bandido”, que confirma las cualidades apuntadas con su ópera prima y le abre la posibilidad de que el influyente productor Elías Querejeta le ofrezca la posibilidad de realizar un filme más ambicioso.

Así llegó “La caza”, película que abrirá la etapa más brillante de Saura en los tiempos de la censura franquista. A continuación filma largometrajes cargados de simbolismos, metáforas y dobles sentidos, como Peppermint Frappé” (1967), “El jardín de las delicias” (1970), “Ana y los lobos” (1972), “La prima Angélica” (1973), “Elisa vida mía” (1976) y “Mamá cumple 100 años” (1979), títulos que reflejaban un compromiso político que poco a poco iba perdiendo su razón de ser.

Carlos Saura, un cine imprescindible

En 1981 realiza “Bodas de sangre” y “Dulces horas”, que lo llevan a romper su cordial sociedad con Querejeta. A partir de entonces empieza a rodar un cine diferente, más fluido y menos atado a sus antiguas obsesiones históricas. Así llegan “Carmen” (1983), “Los zancos” (1984), “El amor brujo (1986) y la muy rebuscada “El Dorado” (1988), hasta ese momento la cinta más cara del cine español, que resultó un fracaso de público. Esto quedó ampliamente olvidado con “¡Ay, Carmela” (1991), el mayor éxito de toda su carrera, ganadora de 13 premios Goya, incluyendo el de mejor película.

Exceptuando la adaptación de su novela,“Pajarico” (1997) y la notable“Goya en Burdeos”(1999), se dedicó a brillantes experiencias en el cine musical, con “Sevillanas” (1992), “Flamenco” (1995), “Tango” (1998) y “Salomé” (2002). El regreso a la España visceral y violenta de sus inicios tuvo lugar con“El séptimo día”(2004), inspirada en los sangrientos enfrentamientos de Puerto Hurraco, un pueblo de Badajoz, que le valió el premio al mejor director del Festival de Montreal. A lo largo de su carrera fue galardonado tres veces en el Festival de Cine de Berlín, dos veces en Cannes y dos en el de San Sebastián, entre otras reseñas cinematográficas de primer nivel.

Falleció justo un día antes de que le fuera entregado un Premio Goya de honor por su carrera en la gala de los galardones del cine español.

Gina y Raquel, dos divas indiscutibles

La muerte de Gina Lollobrigida, el lunes 16 de enero, a los 95 años, conmocionó a Italia, empezando por la primera ministra, Georgia Meloni. “La recordamos con mucho cariño, fue una actriz muy talentosa, apasionada, intensa, fascinante. Nos deja una protagonista, un icono del cine italiano, una de las intérpretes más importantes de su generación, que contribuyó a la difusión de la imagen italiana en el mundo” aseguró en un comunicado.

Sophia Loren, otro de los grandes iconos italianos y su gran rival en el cine, dijo estar “profundamente conmocionada y entristecida” por el fallecimiento de la legendaria estrella, con quien fue comparada de manera constante a lo largo de su carrera. Por su parte, la Academia del Cine Italiano recogió el sentir de la industria al incluir en su página web una fotografía de la diva, quien para más señas fue la primera mujer en ganar el premio David di Donatello como mejor actriz protagonista en 1956, durante la primera edición de los galardones más importantes del cine italiano.

Gina Lollobridida
Gina Lollobrigida

La inolvidable ‘Lollo’, como también era conocida popularmente, saltó a la fama en la década de 1950. Fue el comienzo de una trayectoria en la que, con su mirada profunda y su exuberante busto, interpretó más de 60 cintas, además de otras tantas piezas teatrales o papeles en series televisivas. Más tarde se convirtió en fotógrafa y escultora tras alejarse del mundo del cine.

En cuanto a Raquel Welch,la actriz estadounidense de origen boliviano, fallecida el 15 de febrero a los 82 años, marcó el cambio más importante en la iconografía femenina, pues con ella se acabó el dominio de las rubias explosivas y comenzó una nueva época en el canon de belleza del cine de Hollywood, tal y como lo reseñamos aquí en El Estímulo al registrar su deceso.

Los jerarcas de la llamada Meca del Cine no estaban de acuerdo con sus atributos naturales y además querían que se cambiara el nombre de Raquel por el de Debbie. Siempre trataban, a través del maquillaje, de aclararle el tono de la piel. Pero ella no deseaba ser una cara más, por lo que se negó en esos inicios a que le cambiaran los rasgos. Y la verdad es que le funcionó. Adoptó el apellido de James Welch, el primero de sus cuatro maridos.

Raquel Welch, belleza latina

Su carrera despegó al estrellato en su tercera película, “Hace un millón de años” (Don Chaffey/ 1966), un engendro en el que se mezclaban cavernícolas con dinosaurios. Ella apenas pronunció tres frases en un idioma inventado, pero eclipsó todo lo demás y se convirtió en un sex-symbol de la mano de un póster promocional que pasó a la historia del cine.

La industria se apresuró a explotar en todo lo que fuera posible el potencial erótico de Welch, tanto que creó para ella el apodo de“El Cuerpo”. Nunca tuvo rubor en reconocer que buena parte de su fama y su trayectoria siguiente se la debía a aquella película y a aquel bikini.

Lázaro Candal, ninguno como él

Situándonos en Venezuela, cabe mencionar a Lázaro Candal, el más popular narrador deportivo de todos los tiempos, especialmente del fútbol, tanto en radio como en televisión. Y por otro lado está Román Chalbaud, quien dejó un impresionante legado en sus facetas de dramaturgo, cineasta y hombre de televisión .

Lázaro “Papaíto” Candal, periodista deportivo reconocido por ser una de las voces más celebradas de la narración deportiva en Venezuela, murió el miércoles 23 de agosto en La Coruña, España, su lugar de nacimiento y donde vivía retirado desde hacía ya varios años. Tenía 91 años.

Tanto en los Mundiales del balompié como en los Juegos Olímpicos, disfrutábamos por igual de sus aciertos y errores. Cuando se equivocaba, no vacilaba en reconocerlo apelando a alguna de sus humorísticas salidas, su sello característico. En cada oportunidad que lo veíamos, vía Radio Caracas Televisión, Venevisión o alguna otra de las tribunas donde nadó con brillantez como pez en el agua, nos preguntábamos: ¿cuál será la frase que en esta oportunidad popularizará Lázaro? ¿Será tan efectiva y elocuente como su “¡Qué hiciste papaíto!” o “Y mañana, ¡ay mañana!”?

Aunque otros colegas suyos en la narración deportiva se autocalificaran, con notoria pedantería, de más “técnicos” y “conocedores”,ninguno podía con la popularidad y arrastre de este gallego, que en cada aparición suya se los llevaba a todos por los cachos.

Vale decir que cuando le llegó el momento de retirarse para irse a vivir a La Coruña, en su natal Galicia, las transmisiones de estos eventos desde Venezuela, fueran olímpicas o futbolísticas, no volvieron a ser las mismas,por lo menos en cuanto a autenticidad y chispa, dos de los atributos que Lázaro Candal ostentaba a raudales. Era su singular e irrepetible carta de presentación, un poderoso y atrayente elemento diferenciador.

Nunca encontró, en su jocoso estilo, rivales de peso que se acercaran siquiera al cariño que le profesaba su multitudinario y agradecido público. Esa audiencia que lo seguía devotamente y celebraba todas y cada una de sus ocurrencias. Fue, a no dudarlo, el más imaginativo, divertido y con más arrastre entre los profesionales de su especialidad.

Román Chalbaud, por encima de las divisiones

Cualquier cosa se podría decir, y hasta criticar, de Román Chalbaud, menos dejar de reconocer que dejó una valiosa obra en cine, teatro y TV, más allá de las divisiones. Su feroz militancia en el chavismo le generó muchas críticas, pero no ensombrecen para nada la consistencia de su legado artístico, casi todo forjado en plena era democrática, en los años previos a la mal llamada “Quinta República”.

Fallecido el 13 de septiembre, a los 91 años, era uno de los integrantes por excelencia de la llamada “Santísima Trinidad del teatro venezolano”, junto con Isaac Chocrón y José Ignacio Cabrujas, con quienes creó El Nuevo Grupo, institución definitiva en el desarrollo y consolidación de las tablas en nuestro país. Son los tres dramaturgos que más profunda huella han dejado en el arte escénico nacional.

Tan joven como su incursión en las tablas, fue su incorporación en 1953 a la recién nacida TV, el mismo año del surgimiento de este medio en nuestro país. Lo hizo a través del Canal 5 de la Televisora Nacional y luego en Radio Caracas Televisión, canal este último donde desarrolló una descollante actividad, primero como libretista y más tarde como director.

Román Chalbaud, prolífico director de cine
Román Chalbaud, prolífico director que cambió en su momento al cine venezolano.

En la década de los años 70, formó parte decisiva de los creadores que le inyectaron vitalidad y un nuevo empaque al género telenovela, a través de historias que rompieron con los estereotipos de este tipo de melodramas, con argumentos basados en temas no abordados hasta entonces, como el divorcio y la emancipación femenina. Todo ello, a través de actuaciones más naturales, lejos de los engolados diálogos y situaciones que se estilaban hasta ese momento. Ya a esta altura de su carrera, Román Chalbaud se desempeñaba como director de dramáticos y miniseries.

A mediados de la década de los setenta, Venezuela vive en pleno auge petrolero. Son tiempos de prosperidad económica, lo que posibilita que el Estado por fin se decida a apoyar el cine y otorgue los primeros créditos oficiales para la producción de películas, que hasta entonces se hacían con no pocos sacrificios y dificultades. Buena parte de las 23 películas de su filmografía la hizo Chalbaud en este contexto.

El quinto largometraje de este realizador basado en una obra de su autoría (los otros fueron“Caín adolescente”, “Sagrado y obsceno”, “Los ángeles terribles” y “Ratón en ferretería”) fue “El pez que fuma”. Resultó tan contundente el impacto de esta producción, que además de ser elegida en 1987 como “la mejor película venezolana de todos los tiempos”, fue objeto de un documental titulado“Un país llamado El pez que fuma” (2022), del joven realizador Alejandro Picó. La ocasión fue propicia para rendirle, el día de su estreno, un emocionado homenaje en el Trasnocho Cultural.

Por encima de las diferencias políticas, producto de sus simpatías con el régimen, se le rindió allí el tributo que ciertamente merecía por buena parte del país cultural presente allí esa noche. En este sentido, sólo habría que decir que aunque su militancia en el chavismo le generó no pocas críticas, debido a algunas polémicas declaraciones y actitudes en defensa del régimen, esto no ensombrece para nada la consistencia de su legado artístico, casi todo forjado en plena era democrática, en los años previos a la actual etapa de régimen autoritario.

El misterio de Marlene

¿Y cómo dejar de lado en este resumen a la cantante Marlene? Su historia parece la de un serial de TV o una película en clave de misterio con toques de comedia romántica. Murió la tarde del miércoles 1 de febrero, a los 67 años, en Miami, ciudad en la que residía desde hacía más de tres décadas.

Se fue sin llegar nunca a revelar el misterio de su intempestivo retiro del mundo del espectáculo, ocurrido el mismo día en que la discográfica Rodven lanzó su primer álbum como solista, el 27 de marzo de 1982.

Marlene, entonces una estrella en ciernes, no asistió ni siquiera al lanzamiento del álbum y se marchó para no volver nunca más al país, por lo menos como artista. Ni siquiera reapareció cuando esa grabación remontó la cima del éxito vendiendo, en el primer tiraje, más de 150 mil copias, que en aquella década de los 80 era una cifra abrumadora en el mercado venezolano.

La casa discográfica del grupo Cisneros le tenía tanta fe a la joven -entonces de 27 años- que apostó a lo grande por ella. La mandó a Madrid a grabar su álbum debut, nada menos que bajo la égida de Juan Carlos Calderón, productor musical y arreglista de figuras de la estatura de Luis Miguel, Mocedades, Joan Manuel Serrat, José Luis Rodríguez y otras consagradas estrellas de la música.

El primer tema promocional de “Marlene”, como se tituló escuetamente el LP, fue“Ámame”,que no tardó en ubicarse en el primer lugar en las listas de éxitos radiales de todo el país. Y así ocurrió también con otros títulos, especialmente con“No notas que estoy temblando”,“Hasta cuándo”,“Qué nos pasa esta mañana”,“Nada”y“De tí y de mí”. A medida que cada canción del disco pegaba, crecían las cifras en ventas, dentro y fuera de Venezuela, que muy pronto rebasaron ampliamente las 150 mil copias del tiraje inicial.

Sobre las razones de su repentino retiro, se tejieron no pocas historias, aunque casi todas coincidían en que lo hizo por amor, pues había conocido en Madrid, mientras grababa su disco, al empresario cubano de origen español Jorge Luis Barceló, con el cual se casaría para irse a Panamá, concretamente al día siguiente de su lanzamiento discográfico oficial como solista. Luego la pareja fijaría residencia en Miami, en donde harían una vida más que discreta, alejados del mundo del espectáculo.

Otros fallecidos en 2023

El escritor checo Milan Kundera y el pintor colombiano Fernando Botero son otras dos figuras de relevancia mundial presentes en la lista de los que nos dejaron este año, al igual que el diseñador Paco Rabanne y el actor Matthew Perry, integrante del quinteto protagónico de la serie “Friends”, históricamente uno de los grandes sucesos de la televisión norteamericana.

También fallecieron:

Nury Flores (10 de marzo). 80 años. Actriz. .

Marcos Campos (3 de abril). 66 años. Actor de reparto.

Henry Salvat (18 de abril). 80 años. Actor, locutor y cantante.

Canelita Medina (3 de julio). 84 años. Cantante.

Manuel Escolano (10 de agosto). 75 años. Actor.

Julio Mota (15 de agosto). 87 años. Actor y locutor.

Angélica Arenas (20 de agosto). 85 años. Actriz.

Perucho Conde (4 de noviembre). 89 años. Actor cómico.

María de Lourdes Devonish (13 de noviembre). 78 años. Actriz, locutora y cantante.

Ibrahim Guerra (20 de noviembre). 79 años. Dramaturgo y director de TV.

Fred White (2 de enero). 67 años. Baterista de Tierra, Viento y Fuego.

Lisa Marie Presley (12 de enero). 54 años. Celebrity hija de Elvis Presley.

David Crosby (19 de enero). 81 años. Cantante y compositor de Crosby, Stills, Nash and Young.

Richard Belzer (19 de febrero). 78 años. Actor de “La ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales”.

Ignacio López Tarso (11 de marzo). 98 años. Actor.

Andrés García (4 de abril). 81 años. Legendario actor mexicano.

Harry Belafonte (25 de abril). 96 años. Cantante y activista político.

Glenda Jackson (15 de junio). 87 años. Actriz y ministra británica.

Alan Arkin (30 de junio). 89 años. Actor.

Jane Birkin (16 de julio). 76 años. Cantante.

Sinead O’Connor (26 de julio) 56 años. Cantante.

Paul Reubens (31 de julio). 70 años. Actor de Pee-wee Herman.

Bob Barker (26 de agosto). 99 años. Animador.

David McCallum (25 de septiembre). 90 años. Actor.

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