Abrazos enseñados en la niñez reducen vacíos emocionales en adultos

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Un afecto positivo, aprendido a temprana edad, puede tener muchos beneficios físicos, psicológicos, sociales y espirituales en la adultez, aseguró la psicóloga Jendall Ibarra en conversación con el Diario La Verdad, a propópito de celebrarse este domingo 19 de enero el Día Internacional del Abrazo. 

Por falta de abrazos, las personas desde su niñez llenan sus vacíos con comida, alcohol, sexo y drogas, convirtiéndose en una amenaza para sí mismas y para su entorno, advirtió la profesional con 12 años de experiencia.

Agregó que ceñirse con los brazos a tiempo “genera cambios positivos en la persona, el amor afectivo, el sano, que no causa daños, forma una contención que genera lazos importantes en el menor, que cuando vaya madurando lo encuentra en la pareja”.

“Los abrazos son enseñados por papá y mamá, te sostienen emocionalmente, al desarrollar esa contención, lo determinas en el amigo, en la pareja, por lo menos en los latinos”, exclamó.

De lo contrario, recalcó que se forman vacíos que se vinculan hacia otras áreas destructivas que perjudican al entorno familiar, “y sobre todo en la época del covid-19 se profundizó la falta de patologías”.

“Conocí casos que durante la pandemia no tenían relaciones sexuales por motivos a no contagiarte, lo que causó separaciones y divisiones en el hogar”, remarcó.

Hay 60 % de falta de afecto

La postpandemia trajo consecuencias positivas y negativas, en el caso de demostrar cariño. En dos años se profundizó la ausencia del abrazo, “lo que provocó el aumentó de miedos e inseguridades en el ser humano”, afirmó.

Admitió que “actualmente hay un 60 % de falta de afecto en la sociedad a causa de la enfermedad covid-19, lo que incrementó el índice de inseguridades, temores, miedos en la persona”.

Indicó que actualmente hay menores catalogados como “niños postpandemia” que les cuesta relacionarse y expresar sus sentimientos porque crecieron en un mundo aislado, cerrado, cohibido y con poca muestra de cariño.

Recomendaciones

La psicóloga Ibarra recomendó a los jóvenes y adultos mayores que poco a poco expresen “sus sentimientos a medida que se vayan sintiéndose cómodos con ellos mismos”.

Y para ello, sugirió que “deben aprender a identificar cuáles son esas áreas de vacíos que no las ayudan a demostrar sus sentimientos, al ser identificados podrán enseñar a los demás sus emociones y sentimientos”.

“Un niño con bases sólidas, enseñándoles el afecto hacia ellos mismos y al prójimo, será un adulto sano, feliz, y pocas probabilidades de vacíos emocionales”, finalizó.

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