Los seis presos fallecidos este viernes en la Penitenciaría del Litoral, la mayor cárcel de Ecuador, corresponden a los seis colombianos que se encontraban imputados por haber participado presuntamente en el asesinato del candidato a la Presidencia de Ecuador Fernando Villavicencio.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), órgano estatal encargado de custodiar y administrar las cárceles de Ecuador, confirmó la identidad de los cadáveres después de que la Fiscalía y la Policía ingresaran a la prisión para hacer el levantamiento de los cuerpos y la posterior identificación.
Estos seis hombres eran presuntamente los autores materiales del asesinato de Villavicencio, junto a un séptimo de la misma nacionalidad que fue el sicario que realizó los disparos contra el candidato y que falleció instantes después, aparentemente producto de las heridas sufridas por los disparos del personal de seguridad que resguardaba al político.
Su muerte se da pocos días después de que el Gobierno de Estados Unidos ofreciera hasta cinco millones de dólares de recompensa a quien entregue información sobre el autor intelectual que ordenó acabar con la vida de Villavicencio.
Los fenecidos estaban en el pabellón 7 de la Penitenciaría, llamada oficialmente Centro de Privación de Libertad Guayas Número 1, y ubicada en la ciudad de Guayaquil, con una docena de pabellones controlados por distintas bandas criminales, donde hay recluidas unas 5.700 personas.
La voz de alerta sobre la muerte de los presuntos sicarios de Villavicencio había sido dada más temprano por la plataforma ciudadana SOS Cárceles Ecuador, que lo catalogó de asesinato y reportó que los seis colombianos habían solicitado presuntamente un traslado a una prisión más segura.
De acuerdo con reportes de guardias carcelarios citados por SOS Cárceles Ecuador, los cadáveres de los reclusos asesinados «no presentan signos de tortura ni heridas fruto de algún combate».
Lasso convoca gabinete de seguridad
La noticia tomó al presidente de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, de viaje en Nueva York por asuntos personales, pero a través de las redes sociales informó que está retornando al país y que ha convocado al gabinete de seguridad de su administración.
«Ni complicidad ni encubrimiento, aquí se conocerá la verdad», dijo Lasso para cortar las suspicacias creadas tras esta noticia, al morir los seis colombianos cuando se encontraban bajo custodia del Estado.
Cuando todavía no había confirmado la identidad de los cuerpos, el expresidente Rafael Correa (2007-2017) afirmó sin cortapisas que, «si son los sicarios de Villavicencio, (eso) ratifica que el Gobierno estuvo detrás del crimen», una teoría que ha sostenido desde que ocurrió la muerte del periodista y exasambleista, que era un acérrimo enemigo político del exmandatario.
El asesinato de Villavicencio elevó a cotas sin precedentes la ola de violencia atribuida al crimen organizado que ha hecho en los últimos años que Ecuador se vuelva uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de 25,32 homicidios intencionales en 2022, la más alta desde que se tiene registro.
La cárcel más violenta de Ecuador
La Penitenciaría del Litoral es el centro de reclusión más grande del complejo carcelario de Guayaquil, de cinco prisiones donde en su conjunto hay encarceladas unas 12.300 personas.
También en la Penitenciaría se han registrado las masacres más numerosas de la serie de matanzas que desde 2020 han dejado más de 400 presos asesinados en el sistema penitenciario de Ecuador, principalmente por enfrentamientos entre bandas criminales rivales.
Recientemente, la Policía y las Fuerzas Armadas lograron ingresar al interior de los pabellones en una serie de operativos en los que decomisaron una gran cantidad de armas en poder de los presos, que incluye fusiles, pistolas, granadas, lanzagranadas y explosivos, además de numerosas armas blancas y otros objetos prohibidos en el interior de la prisión.
Los seis colombianos eran parte de los trece procesados dentro de la investigación por el asesinato de Villavicencio, ocurrido el 9 de agosto a la salida de un mitin político en Quito, cuando quedaban apenas once días para la celebración de la primera vuelta de las elecciones extraordinarias.
Un mes después se detuvieron a otras siete personas, entre ellas cuatro en las cárceles de El Inca, de Quito, y de Latacunga, de Cotopaxi, que está controlada por la banda criminal Los Lobos, ya que según la Fiscalía ellos tuvieron presuntamente comunicación con el grupo de colombianos en los días previos al asesinato de Villavicencio.