Médicos Sin Fronteras (MSF) atendió en lo que va de año 397 casos de violencia sexual padecida por migrantes que cruzaron el Tapón del Darién, la frondosa y montañosa selva que separa Colombia y Panamá, y alertó de «eventos masivos de violencia sexual» en el lado panameño, informó este jueves esa organización.
«¿Cómo sobrevive uno a cinco violaciones?», le preguntaba una migrante venezolana a los trabajadores de la organización médico-humanitaria que atiende en el lado panameño de la frontera, a la salida de la selva.
«Estamos cruzando la selva buscando un mejor futuro, no para que nos acaben la vida. No te acaba la vida una culebra, te acaban la vida los hombres que están adentro, que violan y matan», apunta.
En lo que va de año, casi 460.000 personas han cruzado esta peligrosa selva, en un máximo histórico de personas que han decidido tomar esta ruta hacia Norteamérica con la que se exponen a riesgos ya no solo del propio clima y circunstancias de una selva -crecidas de ríos, lluvias torrenciales, picaduras de insectos y animales- sino también por la presencia de grupos armados y bandas criminales.
En el caso de esta venezolana, todo el grupo con el que viajaba fue secuestrado, según denunció este jueves MSF en un comunicado.
A quienes no llevaban dinero, los maltrataban; a ella le golpearon en las piernas.
«Vi que muchas fueron violadas. Las vi salir desnudas y golpeadas. Te agarran entre una, dos y tres personas y te violan y atrás viene el otro y te vuelve a violar y, si gritas, te golpean», asegura la mujer.
«La violencia sexual en el Darién es cada vez más cruel y deshumanizante», denunció MSF, que en sus puestos de atención ha recibido a 397 migrantes sobrevivientes de violencia sexual en la selva del Darién.
Aumento en octubre
Los casos aumentaron en octubre, cuando en una sola semana atendieron 59, «lo que significa un evento de violencia sexual ocurriendo cada 3 horas, y dentro de los que se cuentan 3 a menores de edad».
«En total, solo en octubre, recibimos 107 casos», agregó la información.
Y aún así, Médicos Sin Fronteras alerta de un subregistro, pues no todas las personas que viven una agresión sexual lo reportan por miedo al estigma o «por el temor a procesos administrativos revictimizantes que retrasan su camino hacia el norte del continente”, explicó la coordinadora médica de la misión Colombia-Panamá de MSF, Carmenza Gálvez.
Los testimonios registrados por la organización evidencian una acción sistemática, de grupos armados que secuestran a grupos enteros de migrantes, les roban el dinero y luego les someten a violencia sexual que va desde tocamientos a violaciones.
«Aunque también los hombres y las personas con identidades diversas están expuestos a esta forma de violencia, el 95 % de las sobrevivientes atendidas son mujeres. No solo son adultas, MSF ha registrado un 6 % de casos contra menores de edad. Por ejemplo, la última semana de octubre se reportaron violaciones a migrantes de 11, 12 y 16 años», apuntó la organización en el comunicado.
«Esto se debe detener. Los migrantes no deberían sufrir ningún tipo de violación a sus derechos en la ruta», afirmó la coordinadora médica de MSF, que reclama a los Gobiernos que «hagan presencia efectiva en la zona para que nadie tenga que padecer este tipo de violencia» y garantías de atención a las víctimas.