El cadáver de Jairo Nicolás Velasco Galicia fue encontrado en estado de descomposición dentro de una lancha en la isla colombiana de San Andrés. El hombre de 47 años es parte del grupo de viajeros desaparecidos desde el pasado 9 de diciembre en la península de Paraguaná, estado Falcón.
Velasco, en compañía de otros ocho venezolanos identificados como Ismael, Adelis, Nelbis, José, Chiche, Alexander, Gustavo, y un último joven identificado como “Niño” zarparon en el mes de diciembre desde Buchuaco, en la península de Paraguaná, hacia la isla de Aruba con la intención de buscar empleo en el país vecino. Esa fue la última vez que sus familiares los vieron con vida.
Pasado un mes de su salida de Falcón, en redes sociales se conoció que la embarcación de nombre “Rogui” de color amarillo, había sido localizada al sur de la isla San Andrés, en el país cafetero. La información fue dada por el comandante de la policía del departamento de San Andrés, coronel Manuel Armando Quintero.
Los forenses colombianos informaron a las familias, que encontraron el cuerpo de un hombre de entre 40 y 50 años, de baja estatura y con cabello. Estaba sin franela y no tiene signos de violencia, pero no pueden tomarle las huellas dactilares porque se le borraron en el proceso de descomposición.
Jairo tenía un tatuaje y gracias a él, su familia está segura de que es uno de los venezolanos desaparecidos. Como segunda evidencia, las autoridades encontraron dentro de una botella documentos de identidad que corresponde a uno de sus acompañantes.
La Policía de San Andrés espera a los familiares de aquellos hombres que concuerden con estas características para que acudan al lugar y hacerse pruebas de ADN, con el fin de lograr la identificación del cuerpo.
En cuanto a la lancha, les informaron que está completa, solo golpeada por dentro y desconocen la causa. En el lugar también hallaron todos los salvavidas de los otros ocho tripulantes. Por el momento, las autoridades no han ofrecido alguna hipótesis sobre qué les pudo haber ocurrido a los tripulantes para que el caso terminara de esta manera.
Jairo, residenciado en La Pitahaya, parroquia Buena Vista, municipio Falcón, dejó quien tres hijos en orfandad, trabajó como obrero en una refinería y como ayudante de fabricación, pero debido a la crisis económica y falta de empleo en el país, decidió emigrar vía marítima a Aruba a buscar trabajo.