El paso de migrantes a bordo del tren “La Bestia” ha subido un 60 % en las últimas cuatro semanas en Puebla, estado del centro de México, reveló este miércoles la Cruz Roja Mexicana, a pesar de las operaciones del Gobierno.
Mario Alberto Ramírez Mauleón, coordinador estatal de Socorros de la Cruz Roja Mexicana en Puebla, expuso que en el módulo de atención en el municipio de Ciudad Serdán suele haber de ocho a 10 atenciones diarias, pero en los últimos días han subido hasta 60.
“Tenemos aproximadamente cuatro semanas en las que ha habido un incremento en este paso de Jesús Nazareno de Ciudad Serdán y ha incrementado en un 60 %», declaró en una entrevista con EFE.
La polémica sobre los migrantes comenzó el 19 de septiembre, cuando la empresa Ferromex suspendió 60 trenes de carga ante la presencia de más de 4.000 migrantes y “cerca de media docena de lamentables casos de lesiones o fallecimientos” en las vías o los carros en medio de una nueva oleada migratoria.
Vigilar los puntos
El Instituto Nacional de Migración (INM) prometió después vigilar junto a Ferromex los principales puntos en los que migrantes abordan los ferrocarriles, pero los extranjeros siguen a bordo de los trenes en el centro del país.
El venezolano Alexánder Jesús Aguiar tiene un mes resguardado en la Cruz Roja traes caer de uno de los vagones de “La Bestia”.
Narró que iba de pie en un vagón, se golpeó la cabeza con un puente, cayó, perdió el conocimiento y cuando despertó estaba hospitalizado con múltiples lesiones que apenas comienzan a sanar.
“Cuando me pasó mi accidente me estaba cambiando de vagón por (el Instituto Nacional de) Migración, que no nos agarre. Y, como iba muy adelante, hubo un momento donde no me percaté que venía un túnel y ahí fue donde me golpeé”, relató.
Esto no ha detenido su sueño de llegar a Canadá o Estados Unidos por la economía.
«Mi madre es docente de educación inicial y lo único que gana son 16 a 18 dólares al mes, con eso no es nada, es como decir 800 pesos (mexicanos) al mes. (Quiero) buscar un trabajo», comentó.
Por el módulo de atención de la Cruz Roja también pasó Zanya Rápalo, de Honduras, quien dejó a sus hijas de 4 y 6 años de edad para buscar un mejor futuro.
“De verdad que allá en Honduras está complicado, el trabajo es malo, o sea, es más lo que trabajas que lo que ganas, todas las cosas van subiendo», mencionó.
Ante los riesgos, la Cruz Roja implementó desde hace 10 años el «Programa de atención al migrante», con el que ha atendido a más de 30.000 migrantes con servicios médicos, alimentos, agua y llamadas telefónicas con sus familiares.
Desde que inició esta acción, han recibido a 18 personas accidentadas que han perdido alguna extremidad.
“Llevamos un total de 18 personas hospitalizadas en el transcurso de estos 10 años, qué bueno que no han sido muchas, pero es gente que se queda en la delegación dos, tres, cuatro meses, se les ayuda con proceso de rehabilitación, fisioterapia y a muchos de ellos se les ayuda a los trabajos de gestión para conseguir una prótesis», dijo Ramírez Mauleón.