El presidente de El Salvador, Nayib Bukele,ordenó la movilización de 5.500 funcionarios para dar caza a los pandilleros que asesinaron a un policía

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Días después de que El Salvador registrara uno de sus grandes logros en temas de seguridad, tras completar un año sin homicidios a consecuencia de la mano dura del presidente Nayib Bukele, puesto que la nación centroamericana era considerada una de las más peligrosas de la región, este martes –16 de mayo– la Policía informó sobre la muerte de un uniformado, lo que desató la furia del primer mandatario de los salvadoreños.

“Lamentamos reportar la muerte de uno de nuestros agentes en Nueva Concepción, Chalatenango, quien fue atacado por pandilleros mientras patrullaba con otros policías. Un terrorista fue capturado en el lugar. Ejecutamos operativo para dar con los otros responsables”, anunció la Policía Nacional.

«No nos importan sus reportajes lastimeros, sus periodistas prepago, sus políticos marionetas, ni su famosa ‘comunidad internacional’, que jamás se preocupó por nuestra gente. Sanaremos nuestro país y eliminaremos esta peste por completo», agregó Bukele.

El Congreso, de amplia mayoría oficialista, se dispone a votar por la decimocuarta ampliación de un régimen de excepción que suspende garantías constitucionales, como el derecho a la defensa.

El ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, afirmó en una entrevista televisiva que unas 5.000 personas arrestadas bajo el régimen de excepción vigente desde marzo de 2022, que representan más de 7 % de las detenciones, han sido liberadas.

Villatoro rechazó los señalamientos de diversas organizaciones humanitarias sobre la detención de personas sin vínculos con las pandillas.

Organizaciones humanitarias del país centroamericano registraron hasta mediados de marzo al menos 5.082 «víctimas directas» de violaciones a derechos humanos, principalmente por detenciones arbitrarias, en el contexto del régimen de excepción.

El Gobierno enmarca en esta medida su llamada «guerra contra las pandillas» a la que atribuye la reducción de los homicidios hasta una tasa de 7,8 por cada 100.000 habitantes en 2022.