Jerusalén / El Cairo — En un hecho histórico que marca un punto de inflexión en el conflicto de Gaza, todos los rehenes israelíes que permanecían con vida bajo cautiverio de Hamas fueron liberados este lunes y trasladados de regreso a Israel, poniendo fin a más de dos años de incertidumbre y tensión humanitaria.
La liberación, confirmada por fuentes oficiales israelíes y medios internacionales, se produce como parte de la primera fase del acuerdo de alto el fuego negociado por Estados Unidos, que busca establecer una tregua sostenible entre Israel y las facciones palestinas tras años de hostilidades intermitentes.
Según el pacto, Israel liberará a 250 prisioneros palestinos, muchos de ellos con largas condenas o cadena perpetua, junto con más de 1.700 detenidos procedentes de Gaza que habían permanecido bajo arresto administrativo sin cargos formales desde los ataques liderados por Hamas el 7 de octubre de 2023, día que marcó el inicio del conflicto más prolongado y sangriento de la región en la última década.
El intercambio, descrito por observadores internacionales como una “decisión de difícil equilibrio político”, ha sido supervisado por mediadores de Estados Unidos, Egipto y Catar. Funcionarios del Departamento de Estado estadounidense señalaron que el acuerdo no solo pretende aliviar la crisis humanitaria en Gaza, sino también sentar las bases para una negociación política más amplia sobre el futuro del enclave palestino.
En medio de este panorama, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó una visita oficial a Jerusalén, donde se reunió con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu antes de dirigirse al Parlamento israelí. En su discurso, Trump celebró el cese de hostilidades y calificó la liberación de los rehenes como “un paso monumental hacia la estabilidad y la paz en Medio Oriente”.
El mandatario estadounidense anunció también que viajará a Egipto, donde se celebrará una cumbre internacional sobre el futuro de Gaza, que contará con la participación de más de 20 líderes mundiales. Entre los principales temas de debate estarán la reconstrucción del territorio, el control fronterizo, el papel de Naciones Unidas y las garantías de seguridad para Israel y los palestinos.
Mientras tanto, la situación en el terreno se mantiene en calma relativa, con las fuerzas israelíes replegadas de varias zonas del norte de Gaza y convoyes humanitarios ingresando a través del cruce de Rafah bajo supervisión internacional. Sin embargo, analistas advierten que la sostenibilidad del alto el fuego dependerá de la capacidad de ambas partes para respetar los compromisos asumidos y del apoyo internacional para consolidar una paz duradera.
La liberación de los rehenes israelíes cierra uno de los capítulos más oscuros del conflicto, pero abre al mismo tiempo una etapa de complejas negociaciones políticas y diplomáticas en la que, una vez más, el equilibrio de poder en Medio Oriente vuelve a estar en juego.