La vida del venezolano Luis Arráez estaba marcada para conducirla como lo hace un galán de telenovela, al menos así lo intuyó su madre sin imaginar que el padre utilizaba al mismo tiempo su influencia para que el pequeño Luis Sángel eligiera otro destino.
El que llevan quienes se desempeñan en los campos de béisbol, y no los que trabajan en estudios de grabación.
El nombre de pila del pelotero venezolano Arráez fue sacado por Mary, su madre, de una telenovela.
«Mi mamá veía una novela y le gustaba el tipo (el protagonista). Por eso me puso Luis Sángel”, explicó el jugador nacido hace 26 años en San Felipe, municipio de Yaracuy, durante una entrevista con el programa Los Elegidos.
No hay noticias de que el joven haya probado suerte en las tablas u otro tipo de escenarios que hubiera querido la señora Mary, quizás porque para entonces estaba muy ocupado con otros ensayos.
Ernesto, padre de Luis, se había encargado de transmitirle su pasión por el béisbol.
«Mi papá me enseñó a batear la bola para el otro lado y para el medio», dijo Arráez al recordar los tiempos en que aprendía a batear en el jardín de su casa en Venezuela.
«Me decía que bateara para el otro lado, que así iba a hacer dinero, y yo no sabía cómo. Y aquí estoy», manifestó Arráez al recibir en noviembre pasado el premio Luis Aparicio, que distingue al mejor jugador venezolano de la temporada en las Grandes Ligas.
Arráez admitió que cumplir con esa solicitud de su padre no fue tarea fácil. Y concluyó que el extraño pedido le ha permitido aplicar un novedoso método en el juego, que le ha permitido desarrollar su capacidad de utilizar todo el terreno para conectar imparables.
Manejo con el bate
Ese particular manejo con el bate ha sido clave para el estelar segunda base de los Marlins de Miami, quien no cuenta con el poder de un jonronero, pero sí con el tino para poner la pelota lejos del alcance de los jardineros.
Esta habilidad le ha dado un protagonismo en las Grandes Ligas y a su hermana Normelis la oportunidad de llamarle «la Regadera».
“Porque tú riegas los jardines”, le explicó Normelis al especialista con el madero, al hacer la comparación con la máquina que se encarga de regar el agua en todas direcciones para mantener hidratada la yerba.
Este éxito de Arráez no ha llegado solo. Ha estado precedido de momentos difíciles que lo llevaron a plantearse la posibilidad de dejar el béisbol tras ser informado que los Mellizos no contaban con el dinero para contratarlo.
Pero la señora Mary apareció de nuevo en la escena para convencerlo de no darse por vencido y continuar luchando para alcanzar sus metas. Posteriormente firmó por el conjunto de Minnesota.
Atender la dirección de sus padres ha permitido al pelotero alcanzar un rol protagónico en Grandes Ligas, donde hasta el momento registra una media de bateo de .328 en parte de cinco temporadas, así como dos elecciones al Juego de Estrellas.
Como si fuera poco, «la Regadera» ha ganado un Bate de Plata.
Primer jugador
Arráez va camino de convertirse en el primer jugador desde 1900 que logra títulos de bateo consecutivos en ambas ligas, ya que lidera la Liga Nacional en promedio al bate y consiguió el liderato la pasada temporada en la Liga Americana.
Arráez, además, busca convertirse en el primero en batear para promedio de .400 desde Ted Williams en 1941. Hasta el pasado lunes ya tenía una media de .384, con seis remolcadas y tres anotadas.
Para lograr su efectivo desempeño con el bate, Arráez cuenta con una estrategia simple: «Yo solo quiero batear todos los días, cada vez que salga al terreno. Trato de hacer mi trabajo y nunca cambio mi plan».