El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es, hoy por hoy, una enfermedad incurable del sistema inmunitario. Según define la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), se trata de una patología que identifica de manera errónea células propias como extrañas.
Esto desencadena en la producción de anticuerpos contra el propio organismo de forma excesiva en el torrente sanguíneo. Por consiguiente, se genera inflamación y daño en las articulaciones, músculos y otros órganos.
El lupus puede tener diferentes detonantes y sus síntomas son muy diversos, «llegando a imitar a otras enfermedades como la Artritis Reumatoide o la Esclerosis Múltiple», según la Federación Española de Lupus (FELUPUS).
Esta enfermedad no tiene causa conocida, explican desde la federación, aunque la investigación evidencia la implicación de factores genéticos, hormonas e infecciones incluso víricas.
Dado que presenta una gran variedad de síntomas, el lupus puede pasar desapercibido para médicos de familia y especialistas, retrasándose así el diagnóstico. Un factor que puede ser crucial para el tratamiento temprano de la enfermedad, aseguran desde FELUPUS.
SÍNTOMAS MÁS COMUNES
Según los expertos, no todas las personas presentan exactamente los mismos síntomas, pero sí existen algunos comunes en la enfermedad:
Dolor en músculos y articulaciones
Eritemas permanentes en las mejillas
Problemas de riñón
Fatiga extrema y debilidad
Ulceras bucales o nasales
Riesgo de abortos espontáneos
Pérdida de pelo
Eritemas solares
Depresión
Síntomas gripales y/o sudoraciones nocturnas
Inflamación de los tejidos que recubren órganos internos con dolor abdominal o pectoral
Mala circulación sanguínea
Problemas hematológicos como la anemia
Ataques, enfermedad mental u otros problemas cerebrales
Dolores de cabeza, migrañas
Entre ellos, el dolor muscular y el cansancio extremo son los más habituales.