La jornada de 10 horas cruciales ya comenzó en Ecuador, donde más de 13,4 millones de ecuatorianos están convocados este domingo a las urnas para elegir entre el joven empresario Daniel Noboa y la abogada Luisa González a quien completará el período de mandato del presidente Guillermo Lasso, hasta mayo de 2025.
Noboa pertenece a la alianza Acción Democrática Nacional (ADN) y González al movimiento Revolución Ciudadana, liderado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017).
El suspenso y la movilización masiva hacia los centros de votación se vivirá hasta las 5:00 p. m., hora en la que se prevé, se cerrarán las mesas y empezará el conteo.
El proceso comenzó este jueves con el voto de los presos sin sentencia en firme, y siguió el viernes con el voto en casa para mayores de 50 años o personas con discapacidad de más del 75 %.
Los electores vuelven a las urnas después de que en mayo pasado el actual presidente, Guillermo Lasso, disolviera la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, cuando se disponía a votar una moción de censura en su contra por presunto peculado (malversación), que él niega. En ese momento, pidió la convocatoria a elecciones, amparado en el recurso constitucional conocido como «muerte cruzada».
En la primera vuelta electoral, realizada el 20 de agosto, Noboa y González triunfaron al superar a otros seis candidatos. En esta ocasión, cualquiera que resulte ganador de la contienda, hará historia en Ecuador, ya sea por convertirse en la primera mujer electa presidenta del país o el ecuatoriano más joven en hacerse del Ejecutivo. Noboa Azín, tiene 35 años y proviene de un reconocido clan empresarial del país andino.
Sin haber una fecha exacta para el cambio de gobierno, el Consejo Nacional Electoral (CNE) prevé que el traspaso de mando de Lasso al ganador de la contienda debe darse alrededor del 15 de diciembre próximo.
Tras el asesinato del candidato Fernando Villavicencio, los aspirantes a la carrera presidencial complementaron sus campañas usando chalecos antibalas para garantizar su seguridad.
Fueron pocas las reuniones multitudinarias en comparación con campañas electorales de años pasados en Ecuador.
En su proselitismo, ambos candidatos se centraron en informar, especialmente sobre sus planes de Gobierno para combatir la inseguridad, una de las principales preocupaciones de los ecuatorianos.
Ecuador vive unos niveles de inseguridad y violencia sin precedentes, atribuidos por las autoridades al crimen organizado y al narcotráfico, que hicieron que el país pasó en apenas cinco años de 5,8 a 25,32 homicidios intencionales por cada 100 mil habitantes en 2022, la cifra más alta de su historia.