Caracas, 30 de septiembre de 2025 — Este martes marca el primer aniversario de la detención del exdiputado zuliano José Sánchez “Mazuco”, quien fue arrestado el 30 de septiembre de 2024 en Maracaibo. A lo largo de estos 12 meses, su familia, aliados políticos y organizaciones de derechos humanos han denunciado desaparición forzada, falta de información oficial y violaciones a sus derechos fundamentales.
Según los reportes, Sánchez fue interceptado por un grupo de hombres vestidos de negro cerca de su residencia en la avenida Milagro Norte, junto con el mecánico que lo asistía, Antonio Buzzetti. > “Lo interceptaron y se lo llevaron sin orden judicial, sin que sepamos su ubicación ni su estado físico”, declaró su asistente Rossaly Nava.
Desde entonces, no ha habido confirmación oficial del organismo que lo custodia ni de las causas legales que motivaron su captura. Nava advirtió hace semanas que “van 30 días sin que se sepa de su paradero” y alertó sobre su condición de salud: el exdiputado es paciente oncológico y padece afecciones cardíacas, hipertensión y migrañas severas.
Durante su carrera política, Sánchez “Mazuco” se desempeñó como diputado de la Asamblea Nacional por el estado Zulia, electo en 2010 y reelecto posteriormente. También fue secretario de Seguridad Ciudadana del Zulia y lideró el partido Partido Acción Zuliana (PAZ). En años anteriores fue detenido por un caso de homicidio contra un agente de inteligencia, y obtuvo libertad en 2011 por razones humanitarias al padecer cáncer de próstata.
El silencio oficial ha generado especulaciones. Algunos medios lo han vinculado al esquema conocido como “Operación Ya Casi Venezuela”, aunque esa versión no ha sido confirmada por las autoridades ni por el entorno familiar. Hasta el momento, ninguna entidad estatal ha ofrecido información pública fiable sobre su ubicación, las condiciones de su detención o los cargos que se le imputan.
Organizaciones de derechos humanos y la oposición han convocado movilizaciones simbólicas, expresiones de solidaridad en redes sociales y exigencias de fe de vida inmediata. Para quienes exigen justicia, el caso de “Mazuco” representa un patrón persistente: detenciones arbitrarias, aislamiento prolongado y uso discrecional del poder estatal para neutralizar voces disidentes.