A Antioch Middle School, Nashville, en Tennessee, Estados Unidos, hace menos de un año llegó una niña venezolana de tan solo 13 años de edad, oriunda de Maracaibo, Zulia, que ha sido atacada en cuatro oportunidades por sus compañeras de clases.
Engerlinth Castillo, hermana de la víctima, cuenta que la primera pelea fue en octubre. “Estaban empezando el año escolar, la segunda fue en noviembre de 2023 que fue en el salón de clases delante de la profesora y de todos los cómplices”. La indignación para esta familia es mayor porque, según ella, las autoridades no actuaron al respecto.
El bullying sería la razón por la cual actúan de esta manera contra la venezolana. “Mira, si va vestida con chaqueta le dicen lesbiana, si va con blusas pegadas le dicen tetas falsas, si se plancha el cabello le dicen pelo en pausa, si se lo enrollan le dicen marucha, si usa ropa holgada le dicen marimacha, si camina le dicen pato. O sea, por cualquier cosa y razón ella cualquier mínima cosa que hace o dice es usada en su contra”.
La drogaron
El 12 de febrero fue la tercera vez que sufrió un ataque, aunque en esa oportunidad no a golpes, sino que le habrían dado sustancias estupefacientes en el agua.
“Esas dos niñas que la golpearon son exactamente las dos chicas que hace meses le dieron en el gimnasio de la escuela en una botellita de agua, era droga. Ella tomó eso sin saber la sustancias que contenía, no fue obligada, pero sí se confió en quienes eran sus compañeras de clases y ‘amiguitas’. Cabe recalcar que como ella no despertaba nadie sabía con exactitud lo que había ocurrido, los testigos solo decían que ella luego de tomar el agua fue a clases y empezó a vomitar”, narró la hermana.
La situación se agravó ya que hasta botaba sangre por la nariz y se desmayó, al punto que la hospitalizaron inconsciente.
“Cuando al fin despertó, que contó todo lo ocurrido, las niñas que fueron parte de esto empezaron a escribirle por Instagram deseándole que se muriera, que era una sapa, que no debió haber dicho nada de esto porque por su culpa las iban a internar”, agregó.
La madre y hermana de la niña, desesperadas, intentaron cambiarla de escuela, ya que las autoridades hacían caso omiso a lo ocurrido.
“Después de tanta lucha y de tanto pedir ayuda y nunca ser escuchadas, de no haber sido aceptada en ninguna escuela, debido al poco tiempo que faltaba para terminar el año escolar, nos vimos obligadas a ir a terapias en la escuela y a volver a confiar en esta gente de que si ella regresaba sería por su bien y que ella iba a estar bien”, prosiguió.
Lo que no imaginaron es que nada sería así, ya que las mismas niñas que le habían hecho daño, actuaron nuevamente.
“Mi hermana volvió a clases y empezaron de nuevo a buscarle problema, a atacarla con palabras, a causarle más daños e inseguridades hasta que esperaron el penúltimo día de clases y la acorralaron en el salón donde fue golpeada brutalmente, hasta que le vieron la cara ensangrentada no la soltaron. Nadie hizo nada. Todos apoyaban esto”, afirmó.
Fuente: La Conexión USA