Petro retira a su mano derecha Laura Sarabia por el niñeragate

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El presidente colombiano, Gustavo Petro, anunció este viernes la retirada del Gobierno de la jefa de Gabinete, Laura Sarabia, por estar involucrada en el robo de un maletín con dinero que fue atribuido a Marelbys Meza, una mujer que trabajó para ella como niñera, en escuchas ilegales e interrogatorios dudosos.

Menuda, seria y con una irradiante sonrisa a ratos, Sarabia, de 29 años, se convirtió en muy poco tiempo en la persona de confianza de Petro, un político que se caracteriza por no tener demasiados en quien confiar.

En estos diez meses le han reconocido su profesionalidad y su valía en un gabinete que supera los 50 años de media de edad. Siempre apuntaba, sentada a su derecha, cuando Petro elucubraba propuestas, se encargaba de que todo lo que pidiera el presidente estuviera listo y hacía intermediación con los ministros.

Era la única que tenía acceso directo al despacho presidencial y el enlace con los ministros ante un presidente parco en el trato, así que fue ella quien llamó a varios de ellos para comunicarles su salida y ha puesto orden en la discordia.

Hoy ha sido Petro quien la ha despedido a ella, pero lo ha hecho con cariño: «Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador en Venezuela se retiran del Gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener siquiera la desconfianza de que se va a alterar los procesos de investigación».

El comienzo del niñeragate

En las últimas semanas, la discreta Sarabia ha ganado relevancia con artículos elogiando su gestión. «Es de las personas más jóvenes aquí y de las que más liderazgo tiene en mi país», dijo Petro ante la OEA en medio de los saludos protocolarios después de decir su nombre y con una sonrisa de orgullo.

Sin embargo, esta popularidad y reconocimiento ganado a base de trabajo se ha visto empañada esta semana por un caso digno de serie televisiva y donde las dudas y procederes recuerdan prácticas duramente criticadas en otros gobiernos y en etapas oscuras del país.

El pasado sábado se conoció por una publicación de la revista Semana que la niñera de Sarabia, Marelbys Meza, fue acusada en enero de hurtar un maletín con una suma no precisada de dinero. Cuando la alta funcionaria supo del hurto, Meza fue trasladada a las instalaciones del palacio presidencial donde fue interrogada y sometida a pruebas polígrafo sin una orden judicial.

Hasta ahí, el escándalo era por el posible abuso de poder por parte del Estado para tratar de esclarecer un asunto particular, pero entró en el radar su anterior jefe y la persona que la metió en política: el embajador en Venezuela, Armando Benedetti, a quien se le atribuye gran parte del éxito electoral de Petro.

Sarabia trabajó con Benedetti ejerciendo un rol similar al de ahora con Petro, pero el presidente decidió quedarse con ella, mientras que a Benedetti -un lobo político que no cuenta con la mejor fama ética- le mandó a Caracas.

Un reporte del periodista Daniel Coronell dice que Benedetti se cansó y trató de pedirle un puesto con más poder a su antigua empleada, a quien justamente también le «transfirió» a Meza como niñera.

La historia dio un nuevo giro cuando este jueves la revista Cambio reveló que Meza no solo fue interrogada sin orden judicial sino que su teléfono fue interceptado por la Policía, que usó como fachada una operación contra la banda criminal del Clan del Golfo en el departamento del Chocó.

Quién es Laura Sarabia

Aún queda la duda de quién ordenó esas escuchas ilegales, de las que parece que solo se iba a beneficiar Sarabia, quien por otro lado tiene un bagaje militar.

Nacida en Bogotá, el 20 de marzo de 1994, es hija de una funcionaria y su padre es militar, por lo que se crio en dependencias castrenses y con una estricta educación.

Se considera una persona muy católica y quiso de hecho ingresar al servicio militar, pero finalmente estudió Ciencia Política y Relaciones Internacionales en la Universidad Militar Nueva Granada.

Su mayor experiencia política fue como asesora en la Unidad de Trabajo Legislativo del senador Benedetti y asesora política del Partido de La U, al que pertenecía el ya exembajador.

De hecho creía que después de la campaña en la que Sarabia le llevó la agenda a Petro embarazada de su primer hijo, cuyo nombre, Alejandro, el propio Petro sugirió, se iría a Caracas, pero su destino cambió cuando el presidente decidió tenerla cerca.

Ahora la retira, quizás de forma temporal, a la espera de que se aclare un turbulento caso que ha hecho caer a la que era la mujer más poderosa de Colombia.

Con información de EFE

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